Hay veces que un vino deja unos segundos sin palabras. Elegancia primigenia en uno de los finos más carismáticos de Montilla-Moriles y de la luminosa escena de los vinos tradicionales de Andalucía.
Solera Fina María del Valle
La presencia de un mineral sutil, la naturaleza de la uva pedro ximénez, los recuerdos a viejas esencias y la promesa de un gozo que siempre vuelve.
Sacas puntuales, limitadas y numeradas, hacen de este fino algo muy especial. Su frescura convive con una atrayente complejidad. Muestra una expresión muy gastronómica, profunda, envolvente y delicada.